Todos trabajan contra el reloj, incluso escarban con sus manos, la prioridad es hallar algún sobreviviente entre los escombros; con el paso de las horas el número de víctimas aumenta.
Para evitar la propagación de enfermedades, la autoridades entierran los cuerpos en una fosa común. Mientras el agua, los alimentos y las medicinas comienzan a escasear.
Por otro lado, la ardua labor de remoción de escombros y rescate, se dificulta por las constante réplicas, la ultima de 5.9 grados azotó la isla de Sumba, generando el terror entre los pobladores.
La Cruz Roja está trabajando para ayudar a los damnificados mientras cifras oficiales informan que hay más de mil doscientas victimas , y se busca a decenas de desaparecidos.