Una batalla campal se desató en los exteriores de una estación de metro en la ciudad de Hong Kong, pues allí la Policía tuvo que lanzar bombas con gases lacrimógenos para controlar a los manifestantes.
Asimismo, las autoridades habrían utilizado la fuerza contra las personas que llegaron hasta el lugar para protestar contra este proyecto que autorizaba las extradiciones hacia China.
Más de 40 heridos se han registrado y alrededor de cinco detenidos han dejado las protestas esta urbe del continente asiático.