En Argentina, un felino de nombre "Coco" se ha convertido en uno de los atractivos de las calles de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires y que este gato bengalí juega y se comporta como un auténtico perro y hasta pasea con correa, algo que no es normal en los gatunos, que se caracterizan por su independencia.
Su aspecto y su comportamiento lleva a algunos residentes a hacerle fotos. Incluso, algunos lo confunden con un animal salvaje por llevar la correa.
"Nadie le obliga, se sube al ascensor por su cuenta, agarra su correa y baja a la calle", asegura Johanna su dueña, que se considera una amante de los gatos.
La joven tiene en Coco a su mejor amigo felino y se muestra orgullosa de tener una mascota que reúne lo mejor de los gatos y de los perros.