Roxli Doss, una niña de 11 años de Texas, tenía un tumor en el cerebro que, debido a su ubicación, no podía ser extraído. El tumor maligno impedía que pudiera tragar, respirar así como dificultaba su habilidad para hablar. Sin embargo, este ha desaparecido por completo.
La menor fue sometida a una terapia de radiación para impedir el mayor desarrollo de la enfermedad. Cuando los doctores visualizaron la última resonancia magnética para determinar la evolución del mismo, se llevaron una gran sorpresa: el tumor ya no estaba.
La única explicación que tienen los padres de Roxli es que se trata de un milagro, ya que la ciencia no puede explicar este hecho.