Para culturas distintas hay costumbres y problemas distintos… que además se resuelven de formas distintas. Este es el caso en Seúl, Corea del Sur, donde una singular campaña está buscando que más personas adopten a un perro en lugar de comérselo.
Aunque suene a mito, una sociedad tan avanzada como la coreana está luchando por erradicar la antigua tradición del consumo de perro que se resiste a morir. Para esta campaña ha participado directamente Tory, la mascota del presidente Moon Jae-in, quien tiene una historia que contar.
“El primer perro Tory fue abandonado, maltratado, y criado para convertirse en comida antes de ser rescatado”, cuenta la activista por los derechos de los animales, Park So-Youn. Una exposición con muñecos busca que la gente vea más a estos animales como seres vivos que merecen amor y cariño.
Aunque el consumo de carne de perro está disminuyendo en el país, aún existen miles de criaderos. Según algunos surcoreanos, la sopa de carne de perro en verano ayuda a mantenerse “fresco”.