En el segundo día de interrogatorio ante fiscales peruanos, el exrepresentante de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, reveló que se pagó un soborno de 3 millones de dólares a Luis Nava, al inicio del segundo gobierno de Alan García, a fin de agilizar y “desentrampar” algunos proyectos.
Según informaron medios locales, los primeros pagos ilegales se realizaron entre diciembre de 2006 y 2008, primero a Luis Nava, a quien consideraban el el "intermediario" de García Pérez, en efectivo, y luego a las cuentas de Miguel Atala.
Además, que Barata afirmó que "no había manera" de que el exsecretario de Palacio de Gobierno solucione los entrampamientos de los proyectos, si no usaba el nombre del fallecido expresidente.
Esto tras asegurar que Alan García sabía de su relación con Luis Nava y todo lo que hablaba con él. "Si las empresas no trataban bien a Luis Nava no se les abría la puerta del gobierno", declaró.
De otro lado, Jorge Barata calificó de “extremo” el nivel de confianza que existía entre Luis Nava y Alan García. “Le cargaba su maleta, le cargaba su teléfono, iba a los lugares en donde estaba el presidente”, detalló.
