Cada vez son más los hombres que han desarrollado el miedo incontrolable a las inyecciones. Hay quienes con el sólo hecho de pensar en una inyección se inquietan, alteran y o se ponen nerviosos.
Algunos la definen como tripanofobia y según especialistas este problema surge desde pequeños por alguna mala experiencia o cuando las madres o abuelas los amenazan con inyecciones como medida de castigo.
Se supone que los adultos son más conscientes y saben que las inyecciones son por su bien, pero no pueden evitar ni ocultar su miedo, como el sujeto que aparece en el video, quien se desmayó luego de sentir el pinchazo.
A veces tienen que pasar por tratamientos para intentar superar sus miedos pero otros simplemente no tienen cura.
